Vivimos en un mundo globalizado y donde Internet lo viraliza todo, eso es algo que sabemos. Cualquier decisión que tomen los artistas es rápidamente comentada, sin importar si es un músico, una actriz, etc. Normalmente suele darse en casos muy radicales, especialmente si se trata de un cambio de look radical –el mundo de los famosos y la prensa rosa, ya saben-. Pero a veces sucede que alguien cambia por completo su estilo musical de un disco a otro o incluso dentro del mismo, y las redes estallan. Les ha pasado a Mumford & Sons, los Arctic Monkeys, Muse, Radiohead… Y Miley Cyrus no iba a ser menos.
La publicación en 2013 de Wrecking Ball supuso toda una revolución, tanto para sus fans como para quienes no lo eran pero la tenían hasta en la sopa. No se hablaba de otra cosa que no fuera su videoclip, a lo que la cantante acompañaba con sus declaraciones, sus posados para revistas, su cambio de look… Y actuaciones, no olvidemos que Miley Cyrus es, ante todo, cantante. Todavía se recuerda aquella actuación de los EMA MTV Awards donde se fumó un porro sobre el escenario. Vale, igual Evaristo de La Polla Records o Sid Vicious las liaron más, pero no hay que olvidar que estamos hablando de la misma persona que daba vida a Hannah Montana en Disney Channel tan solo unos años atrás.
Y es que ahí empieza todo: en Hannah Montana. High School Musical o los Jonas Brothers eran los nuevos ídolos de masas adolescentes y la empresa de Mickey Mouse estaba encantada con ellos. Es entonces cuando deciden comenzar a rodar la serie de una conocida cantante pop que lleva una doble vida, compaginando su faceta musical con la de cualquier chaval de instituto. Tras varios castings donde no parece que vaya a ser Miley la elegida, finalmente es seleccionada gracias al empeño de Mitchell Gosset, cazatalentos juvenil y a quien se le atribuye el descubrimiento de la estrella.
Hannah Montana se mantiene en antena durante cuatro temporadas. 102 episodios en los que millones de niños de todo el mundo tienen a Miley como ídolo, al igual que pasó años atrás con Britney Spears, de quien la propia Cyrus dijo en 2013: «Britney, realmente no te das cuenta de cuán genial eres. La gente me dice que represento su infancia, para mí tú representas toda mi infancia, como si fueras la banda sonora de mi vida».
Tras el fin del programa, Miley ya había publicado tres discos y un EP, rodado la banda sonora completa de Hannah Montana y se había convertido en la primera adolescente en conseguir cuatro discos de platino con Party in the USA. Todo ello con un estilo pop comercial, cuyos lanzamientos estaban pensados para niños y adolescentes.
Lo tenía todo. Era una de las artistas más importantes del mundo, tenía millones de fans, sus giras eran todo un éxito y la vida soñada de cualquier cantante con tan solo 20 años. Llegados a 2013 ficha con RCA Records y se publica el single de lo que será su nuevo disco, Bangerz. Este single era We Can’t Stop, el cual fue todo un éxito en la red, aunque también muy criticado. En él se ve a una Miley ya con el pelo corto y un sonido de bases y samples más novedoso, sin ese toque a pop adolescente que nos tenía acostumbrados. Pero el auténtico bombazo estaba aún por lanzarse, y no era otro que Wrecking Ball. Tanto el videoclip como la canción fueron el tema a comentar de la industria durante meses. Alcanzó el número 1 en la lista Billboard y fue galardonada como artista del año por la MTV, además de ganar el premio a vídeo del año. Publicación que también fue parodiada en todo el mundo.
Con Bangerz nominado a un premio Grammy, se confirmaba que Miley Cyrus era una de las artistas más importantes del mundo. Estaba en todos los medios y cada poco tiempo era trending topic en redes sociales, ya fuera por sus salidas de tono o por sus cambios de look. Con una carrera consolidada, las influencias de Miley eran cada vez mayores. Country, rock, rap… Lo mismo le daba a la artista, que era capaz de hacer colaboraciones con cualquiera. Tras fundar la asociación Happy Hippie para promover el respeto por los derechos LGTB entre los más jóvenes, graba una serie de canciones en acústico. Alguno de los invitados fue la legendaria cantante y guitarrista punk Joan Jett, la cantante Ariana Grande o Laura Jane Grace, cantante transexual de la banda punk Against Me!. Además, ella misma se ha definido como persona de género binario.