Toros, sol, sangría, paella, la sevillana encima de la tele… Son muchos los tópicos y lo que a uno se le venga a la cabeza cuando dicen España. Sin embargo, si hay uno que, por encima del resto, trasciende barreras y fronteras, ese es el flamenco. Desde el sur de la Península Ibérica se da una mezcla de músicas árabes y música popular que desde 2010 es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Como todo estilo, el flamenco ha evolucionado mucho desde su origen, y más aun teniendo en cuenta que este no está del todo claro. Durante el s. XIX se comienzan a abrir los cafés cantantes, puntos de reunión de cantaores, bailaores y público, lo que también hizo que la fama del flamenco aumentara. A partir de la década de 1920 estos lugares de encuentro de artistas cierran, el flamenco se ha vuelto más popular que nunca y artistas que antes actuaban en salas pequeñas de repente llenan teatros y son muy conocidos, especialmente en Andalucía.
El flamenco pasa de ser algo popular a ser escuchado entre las élites, lo que hace de él un género de culto y de intelectuales, impulsado también gracias a la Generación del 27, de la cual muchos artistas escuchaban esta música. Esto propicia el surgimiento de las óperas flamencas, grandes actuaciones y conciertos flamencos en plazas de toros y teatros. Más adelante, con el franquismo, el flamenco tiene un proceso de cambio muy importante. Con el triunfo de los golpistas, muchos artistas tienen que exiliarse por haberse declarado republicanos, pues si hay algo que caracteriza las letras del flamenco es su fuerte compromiso social.
A partir de los años 50 el flamenco se ve como algo casi marginal y anclado en el sur de Andalucía, hasta que la dictadura le da más rédito y sale de ese encasillamiento, gracias entre otras cosas a ver en él un nicho de explotación de cara al exterior. A pesar de la censura, muchos de los artistas flamencos consiguen librarse de ella, especialmente los menos conocidos y escuchados, aunque a otros como Enrique Morente les tocó sufrirla al intentar hacer un homenaje a Federico García Lorca.
Ya tras este periodo, el flamenco comienza una época de cambio y experimentación que no a todos gusta. Se une con el pop, el rock y otros estilos y así es como surgen Veneno (y posteriormente las carreras de Kiko Veneno y Raimundo Amador en solitario), Alameda, Triana o el disco Omega de Lagartija Nick y Enrique Morente, arropando todo ello bajo el paraguas del flamenco. En los 90 y años 2000 esto continúa con artistas como Delinqüentes, O’Funkillo, Juanito Makandé, La Mare, Miguel Campillo, etc.
Sin embargo, tras unos años donde parecía que este mestizaje había pasado ya de moda, las alternativas que hay ahora mismo son muy variadas, y Rosalía es la principal imagen de esta ola de experimentación con el flamenco. La barcelonesa, en su corta carrera, ha tenido un despunte que ha llamado la atención a propios y extraños, especialmente fuera de nuestras fronteras, y ha ganado dos Grammy latino por mejor canción alternativa y mejor fusión de música urbana, y un Grammy por mejor álbum de rock latino, urbano o rock. La Rosalía se ha convertido en todo un fenómeno para una generación, donde música y estética van de la mano, sin dejar de lado la importancia de ambas y la identidad que reflejan.
Rosalía puede que sea quien haya descubierto a muchos que la mezcla de lo urbano y el flamenco es posible, pero existen otras alternativas para todos los gustos, con más o menos recorrido que la catalana, con más o menos de flamenco puro. Aquí van nuestras recomendaciones y artistas favoritos.
Nuevos artistas flamencos más allá de Rosalía
María José Llergo
María José Llergo es una cantante cordobesa nacida en 1994. Natural de Pozoblanco, en su casa nunca entró un disco, pero sí mucha música. Su abuelo estaba siempre cantando e, inconscientemente, fue su primer profesor de flamenco. Con él aprendió sus primeros palos, hasta que vio que lo suyo era la música. Primero se formó en violín en la escuela de su pueblo, para acabar cursando canto en diferentes centros. Su continuo estudio y su desmesurada pasión han hecho que María José Llergo lleve dos años en boca de todos esperando su debut. En septiembre de 2017 publicó en Internet Niña de las dunas, su primer videoclip, y desde entonces consiguió abrirse hueco entre la escena, hasta que por fin ha publicado en enero Sanación, su álbum debut con siete temas. Intimista, con una mirada puesta en lo tradicional pero sin dejar atrás la raíz y el origen es lo que uno puede encontrar en este disco. Una voz y una mirada tan frágiles como la de María José Llergo son algo único, pero no solo por lo musical, sino por la propuesta que hay detrás del disco, donde tradición y modernidad se dan la mano.
Califato ¾
Una de las propuestas que menos gustarán a los puristas. O más, quién sabe. Califato ¾ nace con una idea tan clara que hasta tiene su propio manifiesto, donde recogen en seis puntos la finalidad del grupo, tal y como explorar el cante andaluz, combinar el mundo del flamenco y la electrónica o reinterpretar los principales palos del género. S Curro (Narco), The Gardener, Esteban Bove, Stay Puft, Lorenzo Soria y Digital Diógenes forman esta banda que rápidamente se ha puesto en boca de todos. Con una estética muy clara, tanto en ellos mismos como en su primer disco, donde la simbología andalusí y árabe es clara, como en toda la cultura andaluz. En las letras también se refleja, adaptando el acento de la comunidad a la escritura.
Dellafuente / Taifa Yallah
Cantante granaíno de trap y rap, su nueva propuesta, Taifa Yallah, ha buscado profundizar aún más en la experimentación a través del flamenco. Como en Califato ¾, la imagen es también parte fundamental, donde lo árabe y lo andalusí se unen para dar vida a este proyecto que va más allá de lo musical.
Dellafuente lleva años con el foco apuntando de frente. Su propuesta es única, y el granadino sabe mezclar flamenco con rock, con trap o con rap como nadie, es su marca de la casa y lo que hace de él uno de los más queridos en la escena nacional. Sin embargo, Dellafuente no es solo eso. El cantante es más que rap, más que una escena musical o que un estilo. Dellafuente sabe muy bien cómo funciona la industria, lo efímero de esta, y la cultura del videoclip y del single por encima del álbum. Por ello, con un séquito de fans ya creado y una carrera con dos álbumes en cinco años, se ha permitido el lujo de cambiar de registro.
Bajo esa premisa nace Taifa Yallah, un nuevo Dellafuente, una nueva propuesta musical y artística donde las guitarras eléctricas y la distorsión se unen al estilo de Chino como nunca antes se le había visto. Como colofón antes de esta nueva etapa, Dellafuente actuó en octubre en pleno centro de Granada, en la plaza de la catedral, junto a Raimundo Amador, otro de los grandes del flamenco fusión y uno de los guitarristas más importantes de España. Ante un escenario como ese, tan importante para los dos por la ciudad y para la ciudad por la unión de pasado, presente y futuro, el público respondió de forma masiva y con gran aceptación.
Derby Motoreta’s Burrito Kachimba
Dicen de ellos que son los nuevos Triana y, aunque hay diferencias evidentes, empezando por la época y el cambio de mentalidad artística, es una buena carta de presentación. La kinkidelia, como ellos llaman a su peculiar estilo, aúna el rock más setentero con la psicodelia y los efectos de sonido, unido a una estética que bien podría ser sacada de Aquellos maravillosos 70 o una película de Eloy de la Iglesia. Derby Motoreta’s Burrito Kachimba no se ha colado en la industria, se ha saltado la cola y ha entrado como quien llega a la discoteca y arrasa con las botellas a chupitos con los amigos. Aliento de dragón o The New Gizz definen a la perfección su sonido, pero además de estas, incluidas en su debut homónimo, se han permitido el lujo de versionar a Camarón con Rocío Márquez. Nana del caballo grande y Viejo mundo forman Nana del viejo mundo, un tributo como solo los sevillanos y la onubense podían dedicar al flamenco más famoso de todos.
Niño de Elche / Exquirla / Fuerza Nueva
¿Qué pasa si juntamos a la banda de post rock más importante de España con uno de los cantaores más transgresores del panorama con letras de Leonard Cohen al castellano? Pues el nombre del proyecto es Exquirla, y está formado por Toundra y Niño de Elche. Una banda que nació de casualidad, casi sin avisar y, tal y como asomó la cabeza, grabó un disco, dio una pequeña gira y se fue para no se sabe si volver en otra ocasión.
Niño de Elche publicó más tarde Antología del canto flamenco heterodoxo, un recopilatorio flamenco donde reinterpretaba 27 grandes obras de la historia del género y que no dejó a nadie indiferente. Su último trabajo ha sido Fuerza Nueva, la unión entre el ilicitano y los granadinos Los Planetas, toda una institución en el indie patrio, donde no han dejado a nadie indiferente gracias a sus reinterpretaciones de temas como El novio de la muerte o Els segadors.
Rocío Márquez
Rocío Márquez es una cantaora flamenca con una voz y una personalidad única. Ha colaborado con Albert Pla, Chrsitina Rosenvinge o los propios Derby motoreta’s Burrito Kachimba, y llegó a cantar para los mineros encerrados en León en 2012. Con seis discos en el mercado, su figura y su faceta artística van más allá del flamenco, donde la tradición, aunque presente, queda totalmente desmarcada de su cante.
Lin Cortés
El de Andújar es otro de los músicos que siguen la estela de Raimundo Amador o Vicente Amigo, con quienes ha colaborado. Además de sus trabajos como productor, su faceta de músico aúna desde el jazz al soul o el funk, como se puede ver en Gipsy Evolution (2015), su primer disco. Sin embargo, en 2019 publicó Indomable, con el que da un paso adelante en la experimentación y la búsqueda de un nuevo flamenco, gracias entre otras cosas a colaboraciones con Dellafuente, Nita de Fuel Fandango o Antonio Carmona.
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