Las cañas con tapa, fiestas de los pueblos, navidades en familia… Hay muchos aspectos del ocio que los españoles compartimos, y otros que evolucionan. En el tema de las vacaciones no iba a ser menos, y los festivales cada vez ganan más terreno en esto. Casi todos los jóvenes se cogen al menos un fin de semana al año, generalmente de verano, para irse con los amigos. Y no es para menos, pues los tienes de todo tipo: indie, rap, rock, metal, punk… Es difícil encontrar una comunidad, provincia o incluso pueblo que no tenga alguna fecha entre mayo y septiembre para celebrar conciertos, por no decir imposible. Si antes había unos cuantos muy grandes y alrededor otros que ni se planteaban hacerlos sombra, ahora el panorama dista mucho de hace veinte años.
Los hay que ya no están, como el Aúpa Lumbreiras, el EnVivo o el Festimad, que terminó de forma trágica. Pero también los hay que han aumentado, y mucho, de tamaño, como el Sonorama o el Resurrection Fest. Y lo cierto es que, entre tanta competencia y tanto cartel que cada vez se parece más –salvando siempre las distancias de los distintos estilos-, es difícil encontrar uno original. Pero lo cierto es que los hay. Festivales con bandas distintas, alejados del mainstream, de abonos agotados en pocas horas y de la multitud, con una cuestión muy importante en común: todos se celebran en plena naturaleza. Tan solo echa un vistazo y ve pasando carteles por los grupos de WhatsApp para planear las vacaciones de este verano.
Festivales en naturaleza
Demandafolk
Desde 2007 se celebra en Tolbaños de Arriba, Burgos, un pequeño pueblo de 53 habitantes. En 2019 tendrá lugar, como siempre, en la Sierra de la Demanda, el primer fin de semana de agosto. Si el sábado es el día grande, donde tienen lugar los conciertos, ya el viernes hay pasacalles por el pueblo, talleres para niños, una caldereta, etc. Tanto la entrada como la zona de acampada habilitada son gratuitas.
Huercasa Country Festival
Continuamos en Castilla y León, esta vez en Riaza, Segovia. Esta localidad de 2.500 habitantes se transforma por completo el primer fin de semana de julio, momento en que se celebra este festival de música de raíz norteamericana. Unas 15.000 personas pasan a poblar el pueblo con sus botas, camisas y gorras, donde el baile y el country son los pilares fundamentales de este festival, que este año celebra su sexta edición, siempre con artistas de lujo.
Reggaeboa
Si la música de raíz no es lo tuyo y los anteriores no te convencen, puede que este te pegue más. Situado en Balboa, un pueblo de León limítrofe con Galicia y de unos 300 habitantes repartidos en catorce municipios dependientes entre sí. En él encontrarás un espectacular entorno rural a los pies de un valle y su río, donde disfrutar de la mejor música reggae y de origen jamaicano, donde acuden unas 1.500 personas cada año. Este 2019 celebra su décimo aniversario, por lo que promete ser una cita de lo más especial.
Músicos en la naturaleza
Ubicado en Hoyos del Espino, Ávila, la Sierra de Gredos recibe en junio desde 2006 los mejores artistas de pop rock nacional e internacional. Bob Dylan, Sting o Pet Shop Boys ya se han encargado de poner banda sonora en este espectacular paraje, mientras que este año lo harán Rod Stewart, The Waterboys y Rulo y La contrabanda.
Prestoso Fest
Si el indie y el garage son lo tuyo, no lo dudes, ve a Cangas del Narcea. Cupido, Australian Blonde, The Parrots, Ordesa… Todos estos y más se darán cita en el parque natural de la localidad asturiana, donde las actividades familiares y el entorno que lo rodea hacen del festival una alternativa perfecta para amantes de la naturaleza.
Pirineo Sur
En 1994 nace el Festival de las Culturas Pirineo Sur. Bajo la premisa de unir música y cultura de los cinco continentes en un mismo lugar, cada año se celebra con una temática diferente. Música cubana, música africana, tribus ibéricas o música del islam han sido algunas de las temáticas en estos 25 años de festival, un fin de semana donde la multiculturalidad se da cita en todo su esplendor.
Sinsal
Este es, sin duda, uno de los festivales más peculiares del país. Celebrado en la isla gallega de San Simón, uno compra las entradas sin saber quién actuará. Como lo lees. Del 25 al 28 de julio –este año dura un día más- se reúnen en este pequeño islote más de 20 bandas , artistas que nadie sabe quiénes serán hasta que llegan. Un enclave privilegiado que durante unos pocos días se llena de gente dispuesta a disfrutar de la mejor música, sin importar quién actúe. En 2015 ganó el premio a mejor festival de pequeño formato en España.
Ortigueira
Para muchos, parada obligada del verano. Su primera edición se celebró en 1978 y desde entonces se ha erigido como uno de los referentes internacionales en música folk y celta. El Ortigueira, celebrado en la localidad gallega del mismo nombre, une artesanía, restauración y, por supuesto, música, se dan cita cada año en la localidad gallega que da nombre al festival, reuniendo a 100.000 personas de todas partes del mundo. Por todo ello es declarada fiesta de interés turístico nacional e internacional.
Fiestizaje
También en julio y nuevamente en León, concretamente en Villafranca del Bierzo, tiene lugar el Fiestizaje. Con la idea de mezclar música y otras actividades culturales, desde la artesanía, el teatro cómico o los pasacalles, nace en 2004 este festival del mestizaje. Tres días donde el entorno de la localidad cambia por completo y se llena de visitantes dispuestos a pasar tres días únicos, con actuaciones gratuitas.
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