El 30 de diciembre de 2018, Vetusta Morla hizo un parón en mitad de la gira de su cuarto álbum de estudio Mismo sitio, distinto lugar para ofrecer uno de los conciertos más especiales de su carrera. Más que un concierto, los de Tres Cantos estaban dieron una fiesta por todo lo alto con un concierto documental que rememoraba El disco que cambió nuestras vidas. Así lo vivimos los allí presentes en un Wizink Center con todas las entradas vendidas.
Había mucho que celebrar, se cumplían 20 años exactos del primer concierto del sexteto en la Casa de la Juventud de su localidad natal, un 30 de diciembre de 1998, y 10 años del lanzamiento de su álbum debut Un día en el mundo. Diez años de trayectoria de Vetusta Morla, en los que han publicado 4 álbumes de estudio, 3 directos y una banda sonora para un videojuego.
La salida a escena no pudo ser más emotiva. En las pantallas se proyectaba el vídeo en el que Pucho sale de una casa cantando Un día en el mundo mientras se va encontrando al resto de la banda por el portal y en la calle, le siguen acompañados por sus instrumentos hasta llegar al Fnac de Preciados. El vídeo se une con el momento presente con el grupo saliendo en el mismo orden del backstage hasta llegar al escenario, dejando al público a sus espaldas mientras siguen mirando a la cámara que les conectaba a las grandes pantallas del antiguo Palacio de los Deportes. Un momento mágico.
El vídeo del que te hablamos se llama Otro día en el mundo y lo grabaron para la presentación de este primer trabajo el 4 de abril de 2008.
Arrancaron del tirón con Autocrítica, Rey Sol y Pequeño Desastre Animal. Continuó Pucho, en su labor de frontman, recordando el compromiso político de los 6 miembros de la banda desde sus inicios coincidiendo con el 40º aniversario de la Constitución Española y arremetiendo contra las “leyes del silencio”.
Sigue el turno para Mi habitación favorita y Vida no hay mucha mientras intercalan imágenes de archivo de los inicios de la banda, probablemente fueran las menos conocidas por las más de 15.000 almas allí reunidas por tratarse de canciones incluidas en sus primeros EP´s.
Uno de los momentos álgidos de la noche llegó cuando Jorge a la percusión recuperó el bidón para la Cuadratura del círculo, que estuvo precedida de otros dos cortes de este primer disco, La marea y Al respirar, tranquilitas pero intensas, y de Boca en la tierra incluida en Mapas.
Se preparó un ambiente más íntimo para rescatar en acústico canciones que no fueron incluidas en Un día en el mundo pero que acabaron publicándose en trabajos posteriores, como fue Los buenos y Maldita Dulzura.
Empezó el turno de invitar a esta celebración a amigos y compañeros. Depedro fue el primero en ser llamado al escenario para acompañar a la banda en Maldita dulzura, después le siguió su equipo de management. Recordaron sus inicios cuando tuvieron que montar su propio sello independiente Pequeño Salto Mortal bajo el que editaron Un día en el mundo. Todos juntos recibieron a Xoel López para cantar El amor valiente, uno de los temas del gallego que Vetusta Morla versionaba en sus primeros conciertos.
Pucho como portavoz de toda la banda despide esta gran fiesta de cumpleaños, haciendo hincapié en que “hay que rebuscar en el pasado para iluminar el futuro”. Para el final se dejaron la mayor parte de sus himnos, coreados al unísono por un Wizink Center entregadísimo a la causa, sonaron Copenhague, Sálvese quien pueda, Valiente y Año nuevo.
Los que se conocen bien el disco, es decir la inmensa mayoría, sabían que faltaba una canción para cerrar el ciclo pero volvieron a sorprendernos con Un día en el mundo. Esta vez les acompañó su productor, Manuel Colmenero en las dos últimas canciones. Ahora sí, Saharabbey Road sonaba con un afinadísimo público coreando Lo lololololo la la la lalalala para despedir a Pucho, Guille, David “El indio”, Jorge, Juanma y Álvaro por veinte años más (por lo menos) de música.
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