Como berciana que soy, siento una gran emoción al ver el éxito de la primera edición del Planeta Sound. El primer festival que se hace en mi ciudad y que ha conseguido congregar a más de 5000 personas.
En una ciudad como Ponferrada en la que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, hemos tenido que emigrar por falta de oportunidades, ver que muchos de los que estamos fuera hemos vuelto a casa para no perdernos esta cita, hace necesario que el Planeta Sound tenga continuidad en el tiempo.
Sacar adelante la primera edición de un festival no es tarea fácil, muchos de los artistas que subieron al escenario del Colomán Trabado así lo manifestaron y quisieron mostrar todo su apoyo a este proyecto. Creo que muchos de los que asistieron al Planeta Sound, coincidirán con que lo que vivimos en Ponferrada fue de un festival de primer nivel. Pequeñito pero que nada tendría que envidiar al de otras ciudades.
Un festival con un cartel muy interesante con lo mejorcito del panorama indie nacional, lo que ha contribuido a atraer gente fuera de la comarca berciana. Puede haber sido casualidad pero los artistas parecían haber sido escogidos a conciencia con la temática planetaria del festival, pues teníamos a la astronauta Zahara, la aventura espacial de Izal que pone imagen a su última gira Autoterapia, la perseide de Carlos Sadness o el Mira como vuelo de Miss Caffeina. Además de los terrícolas locales The Morgans y Cia Campillo.
Y qué decir de los temazos que pinchaban en la Duendenta, uno tras otro, la selección musical parecía de otro planeta.
No todo fue perfecto. Hubo fallos. Una mala previsión de aseos químicos, largas colas en los puestos de venta de tickets, aglomeraciones en las barras, falta de sombra y la ubicación del camping, que quizás no fuese de las mejores aunque tampoco había muchas más opciones en la ciudad. De todo se aprende y seguro que los organizadores toman nota para mejorarlo en futuras ediciones. Al igual que lo hicieron a última hora poniendo a la venta entradas de día para el sábado, algo que muchos reclamábamos desde redes sociales, pues en todo festival sacan un número limitado de entradas de día para animar la asistencia de quienes no pueden ir todo el fin de semana.
A pesar de esto el balance no puede ser más que positivo. El sonido fue excelente y el ambiente de los más sanos que he vivido últimamente en festivales, sobre todo porque se notaba que la gente estaba más por la labor de disfrutar de la música que por el postureo. Algo que personalmente, me hizo sentir aún más orgullosa de mi tierra.
Hacía tiempo que no veía mi ciudad con tanta vida, durante un fin de semana peregrinos, festivaleros y locales llenamos los bares de la ciudad, la ocupación hostelera alcanzó el 100% y los comercios aledaños al recinto del festival vieron incrementar las ventas. Por no hablar de la repercusión en redes sociales, tanto los asistentes al festival como los artistas (muchos de ellos con más de 100k seguidores en Instagram) colocaron a Ponferrada en el circuito de festivales durante un fin de semana que competía con el FIB o el Sonar, salvando las distancias. Y sin ir tan lejos, coincidiendo en fecha también con el Fiestizaje de Villafranca. Sin duda, un fin de semana en el que visitar El Bierzo puede convertirse en una nueva peregrinación.
Estoy segura que los que vivimos fuera no nos quitaremos la pulsera del Planeta Sound presumiendo de festivalazo, y muchos de los que se perdieron esta primera edición no dudarán en acompañarnos al año siguiente.
No queda más que felicitar y dar las gracias por esta iniciativa a la organización y al equipo de producción. Y como ya han dicho en el medio digital Ponferrada hoy solo queda desear Larga vida al Planeta Sound.
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